6 de mayo de 2020
Por: Leonardo Tangarife Aguirre
Para la vida de muchas personas la religión hace parte fundamental en el crecimiento personal, profesional y familiar. La labor de evangelizar y el trabajo social que las iglesias realizan se ha visto opacada por algunos de sus miembros, por casos de pederastia que han sido denunciados, pero gracias al poder y la influencia que tienen los sacerdotes y los pastores en las personas que hacen parte de su comunidad, no se ha hecho justicia o simplemente son ignorados por la opinión pública.
La labor de la Iglesia Católica ha estado cuestionada en los últimos años, por las denuncias que han realizado personas a nivel mundial, por abusos sexuales por parte de sacerdotes a niños. Pero estos casos de pederastia, no solo han tocado a líderes de la iglesia católica, algunos pastores de iglesias cristianas también se han visto involucrados en estas situaciones tan lamentables.
Sistemáticamente, luego de la Segunda Guerra Mundial, se incrementaron en Estados Unidos las denuncias de miles de violaciones por parte de miembros de la iglesia a través de los medios de comunicación, esto ha ayudado a que se divulguen con más facilidad estos hechos tan lamentables, por el impacto de los hechos en la opinión pública, muchos de estos casos no quedaron en la impunidad.
Según un informe de justicia criminal presentado por el centro universitario John Jay Collage, en Estados Unidos, en un lapso de 50 años hubo acusaciones hacia el 4% del clero de ese país, representado en 4.392 sacerdotes.
Canadá, Estados Unidos, Austria, Chile, Colombia y Holanda, son los países en los que más casos de agresiones sexuales se han presentado y esto ha llamado la atención a nivel mundial, puesto que en algunas ocasiones las demandas que las víctimas han realizado ante las autoridades, son aparentemente torpedeadas por miembros de la jerarquía católica que obstaculizan las investigaciones.
Líderes de organizaciones de víctimas de abuso, han responsabilizado a los papas Juan Pablo II y a Benedicto XVI por encubrir los abusos y omitir las denuncias. Uno de los hechos que recientemente ha tocado directamente a altos dirigentes de la Iglesia Católica, se dio a inicios de noviembre de 2022, cuando se conoció que el Papa Emérito Benedicto XVI, irá a juicio por presuntamente encubrir al sacerdote Peter Hullerman, quien ya fue condenado por abuso sexual en Alemania, los hechos se habrían dado cuando Benedicto era Arzobispo de Múnich y Ferising, entre 1977 y 1982.
Algunos casos
En agosto de este año, el sacerdote Wilmar Quezada Pinto fue condenado a 21 años de cárcel por abuso sexual, mientras se desempeñaba como párroco en el Corregimiento Tres Esquinas, en el municipio de Cunday al suroeste del Tolima. Los hechos por los cuales el sacerdote asumió su culpabilidad, ocurrieron en el año 2019 y su detención se justificó en varios delitos como: acceso carnal abusivo con menor de 14 años agravado, actos sexuales con menor de 14 años y pornografía con menor de 18 años.
Las iglesias cristianas también se han visto involucradas en estas denuncias de abuso sexual con menores de edad, es el caso del pastor evangélicos Paul Acto Bowen, quien fundó un grupo juvenil llamado Acto Bowen Outreach Ministries, en el estado de Alabama en Estados Unidos, quien fue condenado a finales del año 2019 por una jueza del condado de Etowah a más de mil años de cárcel debido a que fue encontrado culpable de abuso sexual de 12 menores de edad entre 13 y 16 años.
El periodismo clave para descubrir la verdad
Es importante destacar la labor de los periodistas y comunicadores en la difusión de estas lamentables noticias, pues es fundamental visibilizar a las víctimas en sus denuncias y acompañarlas en su búsqueda de justicia y la verdad, pues se ha conocido que algunos casos de falsas denuncias para sacar provecho económico de estas situaciones.
En cuanto al tema, en Colombia ya se está haciendo. “Dejad que los niños vengan a mí”, libro del periodista Juan Pablo Barrientos, es una investigación que él realizó durante tres años, donde hace una recopilación de denuncias de abusos sexuales por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica en Colombia. Fue tan grande la repercusión, que un juez de la República le ordenó a Barrientos la publicación de sus fuentes y por orden judicial fue víctima de censura, ordenando la suspensión de su venta. Luego de salir a la luz este libro, Juan Pablo conoció otros 200 señalamientos de abuso sexual a niños por parte de integrantes de la Iglesia que hoy son materia de investigación.
Gracias al trabajo periodístico de Barrientos, la Corte Constitucional le ordenó en junio de este año a la Arquidiócesis de Medellín, que diera respuesta a las preguntas hechas por él desde el año 2020, relacionadas con sacerdotes en su investigación por abuso sexual. En la solicitud hecha por Juan Pablo, están 10 preguntas en las que pedía información de 915 sacerdotes que tiene la Arquidiócesis.
La labor de los periodistas va más allá de replicar lo que otros medios de comunicación están hablando, o de mostrar lo que los famosos hacen en redes sociales, no se debe olvidar la importancia del enfoque social de la profesión y el compromiso de la defensa de la verdad por encima de todo. Hoy más que nunca se puede recordar al fallecido maestro del periodismo, Javier Darío Restrepo, quien afirmaba en sus intervenciones sobre la verdadera importancia de la ética en esta profesión, “la naturaleza de la ética periodística está centrada en los valores del compromiso con la verdad, la independencia y de la responsabilidad social, que son los altos niveles del mejor periodismo”.
El reto de los profesionales de la comunicación en casos como el abuso sexual por parte de sacerdotes y pastores a menores y sobre otros temas, será trabajar a profundidad en la búsqueda de la información que le permita sacar a la luz nuevas investigaciones que ayuden a estos niños a ser escuchados y a salir del infierno al que son sometidos. Igualmente, hacerle seguimiento a las noticias que son difundidas para que las víctimas sean escuchadas.
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