3 de noviembre de 2022
Por: José Miguel Mejía Chica
Es una total falacia creer que solo es un partido el que está promoviendo la oposición en el país. Si bien, el Centro Democrático es el principal vocero de esta tarea opositora, no se puede desconocer la voz del pueblo, que se ha hecho sentir mediante multitudinarias marchas.
“La voz del pueblo es la voz de Dios”, dicen. La ciudadanía colombiana ha usado de gran manera este dicho, pues se han expresado por medio de la democracia, su opinión, su descontento, y demás maneras de demostrar que están inconformes con este gobierno; son totalmente válidas, estamos en una democracia, y los actos como las marchas, las abucheadas, los plantones, son el núcleo de la oposición en un Estado social de derecho y democrático como lo es Colombia.
Debemos comenzar por los jóvenes, que también están jugando un papel importante, pues desde sus redes sociales están empezando su activismo, a través de videos dan a conocer su desacuerdo con las diferentes medidas inviables que está tomando el gobierno.
Pues propuestas como el famoso “perdón social”, que viene pregonando el actual presidente desde que estaba en campaña, se están saliendo totalmente del control. Llegar a un extremo como lo es el darles ochocientos mil pesos a los jóvenes delincuentes, impunidad para la primera línea, y demás disposiciones; están completamente fuera del contexto y de las necesidades nacionales.
Continuemos con los empresarios. Aquellos que nos dan empleo y que, gracias a ellos, ganamos un salario para pagar un mercado y sostener una familia. Se han expresado por medio de comunicados, le han hecho solicitudes al mandatario, se han reunido, todo para evitar una reforma tributaria que los afectará y hasta quebrará.
Esta reforma, que solo empobrecerá al pueblo colombiano, ha causado descontento en este sector. Aunque no solo a ellos, también a los mineros, camioneros, campesinos productores, mercados, adultos y jóvenes.
Volviendo a los jóvenes, han expresado reiteradamente que habrá menos oportunidades de empleo. Los mercados se han hecho sentir, mencionando el alza en la canasta familiar. Los mineros y petroleros anuncian una gran crisis también en este sector. Y todo por una reforma inviable.
Ahora vamos con los médicos, quienes están en desacuerdo con la idea de acabar con las EPS, al igual que el resto del sector salud, desde recepcionistas de hospitales y clínicas, pasando por enfermeras y camilleros, hasta llegar a los directores de las instituciones.
Los policías y militares, desde los que prestan el servicio hasta las reservas. Tienen un miedo permanente, pues con la idea de sacarlos del Ministerio de Defensa, para ser parte del Ministerio del Interior, temen perder operatividad y libertad para actuar.
Los militantes de otros partidos políticos, como el Conservador, Liberal, La U, y demás, no están contentos con las decisiones tomadas por los congresistas y directivos de los mismos, ya que creen que traicionaron sus principios por contratos y burocracia.
Los economistas advierten una hecatombe económica si se realizan las propuestas del gobierno.
Esto y más, está demostrando que la tarea opositora no solo es en el congreso, sino también en las calles, el pueblo se hace sentir y lo seguirá haciendo. Pues está en un descontento difícil de aliviar.
Es un sofisma de parte de la izquierda decir que solo el uribismo es oposición, ese discurso ya está mandado a recoger, pues se está probando que las diferentes manifestaciones no son de “viejitos uribistas” como le llaman. También vamos jóvenes, empresarios, médicos, ingenieros, panaderos, venteros ambulantes, y toda la ciudadanía, a decirle al gobierno que no estamos de acuerdo con lo que nos quieren imponer.
Ya hasta “Petro entusados” podemos ver. Votantes de Petro que se arrepintieron de darle su voto, que reflexionaron y que dicen “nunca en mi vida volvería a votar por Petro”, ahora se encuentran haciendo oposición.
Y cada día, la tarea se torna con más dificultad, pues el socialismo carnívoro que nos gobierna quiere acabar con todo a su alrededor, y los colombianos no se lo vamos a permitir.
Como pueblo, debemos seguir en manifestación, hacernos sentir, demostrar que no somos “cuatro pelagatos”, sino que somos millones que estamos contra un mandatario que quiere arrasar con todo y con todos. Debemos seguir haciendo nuestro el dicho “la voz del pueblo es la voz de Dios".
*La opinión expresada en esta columna de opinión es personal y no compromete a Actualidad Metropolitana.
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