Opinión- Actualidad Metropolitana
Sábado 9 de noviembre de 2024
Por: El OpositorEn la última semana, la canción "+57" ha generado controversia en las redes sociales y medios de comunicación, no solo por su pegajoso ritmo, también por la participación de los reconocidos artistas locales como: Feid, Karol G, Maluma, Ryan Castro y Ovy On The Drums; y por el contenido explícito de sus letras, que parecen hacer alusión a dos temas profundamente problemáticos en la sociedad colombiana: la sexualización de las niñas y el consumo de drogas. Mientras algunos la consideran un producto de la "cultura urbana", otras voces se alzan para señalar que sus mensajes son peligrosos y dañinos, especialmente para una juventud vulnerable.
La canción menciona a una niña de 14 años, en una parte en la que Feid y Maluma cantan: "una mamacita desde los fourteen, entra a la disco y se siente el ki, mami, estos shots yo me los doy por ti", esta expresión de entrada ya debería encender todas las alarmas. El simple hecho de sexualizar a una menor en un contexto de letras explícitas no solo es una violación de la ética básica, sino que refleja un peligroso enfoque de la cultura popular que cosifica a las mujeres desde su adolescencia. En un país como Colombia, donde las cifras de abuso sexual infantil son alarmantes, este tipo de mensajes no son inocentes ni triviales, sino que perpetúan una cultura de deshumanización que minimiza el daño real que estas prácticas generan.
El riesgo de la normalización de la sexualización
En el contexto colombiano, la violencia sexual es uno de los problemas más graves que afectan a las mujeres y a las niñas. Según información publicada por el portal Infobae, para finales de octubre de este año, las cifras de denuncias contra niños y niñas aumentaron un 8%, con un total de 78.124 reportes. Sin embargo, en lugar de generar conciencia sobre la gravedad de esta problemática, canciones como "+57" parecen trivializarla, presentando la sexualización de menores de edad como algo "normal" o "aceptable" dentro de la narrativa cultural.
Lo peor de todo es que, al tratarse de una canción popular realizada por los artistas más reconocidos del género urbano, que alcanza miles de reproducciones y es consumida por adolescentes y jóvenes, se corre el riesgo que estos contenidos sean internalizados como parte de su percepción sobre las relaciones interpersonales. En lugar de promover el respeto y la dignidad de las mujeres, el tema sugiere que las niñas de 14 años son un "objeto" deseable, una idea que puede contribuir a la perpetuación de la cultura de la violación y la cosificación sexual.
Consumo de drogas: Un modelo erróneo y peligroso
Otro de los aspectos inquietantes de esta canción es su clara referencia al consumo de drogas, específicamente en un tono que lo presenta como una actividad glamorosa y sin consecuencias. En una parte de la canción se puede escuchar "aquí lo que hay es exotic, pepa, guaro, hpnotiq".
Colombia es, por supuesto, un país marcado por el narcotráfico y el consumo de drogas, pero el panorama actual va mucho más allá de la imagen que se puede tener de esta problemática a través de los medios o canciones.
En Medellín, en particular, el número de habitantes de calle sigue aumentando. Muchos de estos son jóvenes que cayeron en el ciclo del consumo de drogas como una forma de evadir la dura realidad que enfrentan, entre la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades. Según las autoridades locales, las cifras de personas en situación de calle se han disparado a más de 8.000 en los últimos años, y muchos de estos son jóvenes que son víctimas de la adicción a sustancias como cocaína, tusi, marihuana y otras drogas psicoactivas, lo que ha generado una crisis sanitaria y social en la ciudad.
Canciones como "+57", que glorifican el consumo de drogas, no hacen sino contribuir a este problema, al presentar la adicción como una forma de vida que "pertenece" a un grupo juvenil rebelde y desinhibido. Sin embargo, la realidad es muy diferente: el consumo de drogas destruye vidas, familias y comunidades. Las letras de la canción no solo son irresponsables, sino que también desinforman a los jóvenes sobre los efectos devastadores que las drogas pueden tener en sus cuerpos, sus mentes y su futuro.
Es hora de un cambio de conciencia
Es crucial que, como sociedad, empecemos a cuestionar el tipo de contenido que consumimos y lo que estamos permitiendo que los jóvenes absorban. El consumo de música, como cualquier otra forma de entretenimiento, debe ser responsable. La sexualización de menores y la glorificación del consumo de drogas no son temas que deben tomarse a la ligera, especialmente cuando afectan a los más jóvenes. Como sociedad, necesitamos impulsar un cambio hacia la conciencia, la empatía y el respeto hacia las niñas y los jóvenes, para que no sigan cayendo en los peligros que las canciones como "+57" promueven.
Es momento que los artistas, productores y plataformas de música asuman su responsabilidad social y contribuyan a crear una cultura que no perpetúe los estereotipos dañinos, sino que ayude a construir un futuro más saludable y respetuoso para las próximas generaciones.
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