El carrusel de la corrupción: la trama política en Itagüí

Opinión- Actualidad Metropolitana

Por: José Ignacio Muriel Acevedo

Lunes 17 de junio de 2024 

León Mario Bedoya del Partido de la ASI y el equipo del Partido Conservador liderado por el senador Carlos Trujillo, están protagonizando una obra teatral llena de intriga, calumnias, mentiras y señalamientos que pretenden cautivar al público incauto. 

El Senador Carlos Andrés Trujillo, recientemente señalado por supuesta corrupción tras el escándalo con los carrotanques en La Guajira, se merece el premio nacional a mejor director de teatro.

Los personajes de esta obra teatral interpretan hoy roles aparentemente muy distintos a los de hace ocho años. En aquel entonces, León Mario Bedoya enarboló las banderas del Partido Conservador y, de la mano del todopoderoso Carlos Andrés Trujillo, logró hacerse con la Alcaldía de Itagüí. 

 

Bajo la batuta de Trujillo y en su rol de alcalde, Bedoya fue relacionado de supuestos delitos relacionados a la corrupción: contratación irregular en el Hospital del Sur, otorgamiento de licencias indebidas para la construcción como el edificio Babilonia, sobrecostos en la construcción de aulas móviles para educar a los niños de megacolegios que tuvieron que ser demolidos, entre otros y como parte del Equipo del Senador Trujillo, su jefe para la época de alcalde.

 

No bastándoles con esto, usaron el poder para apoyar las listas de los partidos políticos ASI, MAIS y AICO al Concejo de Itagüí, (partidos de izquierda que luego ayudaron a elegir a Petro). León Mario desde su cargo, financió la campaña de Daniel Quintero para la alcaldía de Medellín e impulsó la candidatura de José Fernando Escobar, integrante del Partido Conservador y subalterno de Trujillo, a la alcaldía de Itagüí para el periodo 2020-2023. En el caso del senador Trujillo, también quiso obtener el poder en el municipio de Girardota con su candidato Diego Agudelo, extendiendo así sus tentáculos en otros municipios.

 

Sin embargo, producto de un abrupto giro dramático, hoy León Mario Bedoya vuelve a escena y esta vez su personaje cumple el rol de rival político de aquellos que años atrás fueron sus amigos y para las elecciones de 2023, coayudó para que el actual alcalde pudiera ganar, pues dividió los votos y eso favoreció a su supuesto enemigo político, pero la realidad fue lo contrario: esta es una contienda cuidadosamente elaborada por el director Carlos Andrés Trujillo y el actor León Mario Bedoya, quien estratégicamente utiliza el disfraz de las luchas políticas honestas para ocultar los verdaderos intereses de los contendientes: seguir enriqueciéndose con los impuestos de los itagüiseños, como lo han hecho por más de veinte años.

 

Y la trama de esta obra se trasladó también la semana pasada a la Asamblea Departamental, donde los diputados que representan a estos dos señores, literalmente “se sacaron los trapitos al sol”, hablo de Julio Restrepo de la ASI y de Jaime Cano del Partido Conservador, ahora, no solo se pelean sobre quien ha hecho más por Itagüí, sino cuál de los dos equipos es más quinterista, pues ambos tuvieron participación política en la anterior alcaldía del peor alcalde en la historia de Medellín, en el caso del equipo de León Mario recordamos a su cuñada quien fue imputada por corrupción la ex secretaria de Infraestructura Natalia Urrego, y la cuota de Trujillo en la misma alcaldía fue según El Colombiano, fue Luisa Fernanda Gómez, quien reemplazó a Natalia Urrego tras su salida en la Secretaría de Infraestructura.

 

Sin duda, la política en Itagüí se ha convertido en una obra de teatro, un vil montaje en donde los actores se muestran como enemigos ante el público, pero tras bastidores se dan la mano y trazan macabros planes para seguir socavando los recursos de nuestra amada ciudad y como siempre los espectadores, que somos los itagüiseños, vemos desde la tribuna, cómo estos se reparten el poder e incluso unos se van hasta la Guajira para hacer sus “truquillos” y como siempre los más pobres son los más perjudicados.

*Esta opinión es personal y no compromete las ideas editoriales de Actualidad Metropolitana.