Opinión- Actualidad Metropolitana
Por: José Miguel Mejía Chica
8 de diciembre de 2022
Argentina, diciembre 6 de 2022: Cristina Fernández de Kirchner es condenada a 6 años de prisión y es inhabilitada de por vida para asumir cargos públicos.
Perú, diciembre 7 de 2022: Pedro Castillo ordena disolver el congreso temporalmente, estableciendo un gobierno de excepción. Pese a esto, es aprobada la moción de vacancia y Castillo es destituido y, en su intento de golpe de estado, es detenido por la policía peruana. Un golpista.
Y esto, es solo contando los últimos dos días de la izquierda latinoamericana, una izquierda carnívora, que dice ser la salvadora de cada uno de los países en los que toman el poder, pero la historia dice lo contrario.
Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, México, Honduras, Chile, Argentina, Perú, y ahora Colombia; países que padecen o han padecido las consecuencias del socialismo del siglo XXI. Un modelo político y económico empobrecedor y violento. Y también nos apiadamos de Brasil, donde Lula fue elegido de nuevo presidente.
Corrupción y violencia, es lo que rodea a estos personajes que no piensan en el bien de sus naciones. Discursos divisorios, intentos de dictadura, mitomanía y violencia, las características principales que resaltan en este modelo. Una doctrina que sabe como acumular votantes, pero los hechos son algo totalmente diferente a lo que se dice. El socialismo es muy lindo a la hora de hablar, pero es muy malo a la hora de aplicar.
Pedro Castillo intentó quebrantar el orden constitucional e institucional del Perú, pretendiendo comenzar una dictadura para atornillarse en el poder, sabrá Dios por cuántos años. Repito, un golpista.
El congreso aprovechó también, y aprobó la moción de vacancia para destituir a Castillo del cargo. Los ministros renunciaron y, su propia vicepresidenta (ahora presidenta), Dina Boluarte, rechazaron rotundamente la decisión del ahora expresidente.
Le salió el tiro por la culata, pues su desespero y su sucio pensamiento dictatorial lo hicieron tomar pésimas decisiones, sabía que de una u otra forma, iba a ser removido del cargo. Castillo es consciente de la crisis en la que sumió al Perú, y allí ya tienen fama, porque no se dejan manipular tan fácil por quien tiene el poder.
Felicitaciones a la Fiscal del Perú, Patricia Benavides, que todo el tiempo tuvo los pantalones bien puestos, y denunció en repetidas ocasiones la corrupción que rodea a Pedro Castillo.
La Policía Nacional del Perú, que rechazó las medidas tomadas por el expresidente y tuvo el valor para detenerlo en su cobarde abandono del palacio presidencial para dirigirse a la embajada mexicana en Perú.
En Colombia debemos tomar ejemplo del Perú, y también de Argentina, países que ya están tomando otro rumbo, donde ven una luz de esperanza y quieren girar hacia la derecha. Nosotros tenemos la oportunidad de demostrar el próximo año, que el giro a la izquierda no es definitivo y siempre causará un caos.
Para terminar, hay que recordar lo que dijo una vez el economista Ludwig Von Mises: “todo socialista es un dictador disfrazado”.
*La opinión expresada en esta columna es personal y no representa la visión de Actualidad Metropolitana.
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